Amar a Dios.
Reflejar valores en todos los contextos en el que se desenvuelve, dentro y fuera del colegio.
Ser empático y solidario con todos los miembros de la comunidad educativa.
Tener una actitud colaborativa.
Buscar la excelencia en cada día.
Mostrar actitud positiva ante los retos.
Para mí, el Colegio Sagrado Corazón ha sido un lugar que ha marcado mi vida en muchísimos aspectos; aquí he encontrado una segunda familia, personas que no me ven como un rostro más por los pasillos, sino que se toman mi vida en serio y que se preocupan por mi bienestar. He estado en este colegio desde que inicié el kínder y realmente ha sido un viaje que me ha hecho crecer intelectual, espiritual y personalmente. Me ha permitido explotar mi potencial en diferentes áreas, así como fortalecer diferentes aspectos, sobretodo de mi personalidad; además me ha enseñado a, más que aprenderlo, vivir el Evangelio, reflejar el carisma oblato en cada acción que hago. Los profesores son excelentes personas, realmente entregados a su profesión, personas en las que se encuentra un gran apoyo y los estudiantes realmente se vuelven más que compañeros, se convierten en una verdadera familia, en personas con las que puedes contar siempre y que te acompañan en este caminar. En definitiva este colegio ha dejado una huella gigantesca en mí, y puedo decir con certeza, que gran parte de lo que soy ahora, se lo debo en gran medida a este colegio y a cada persona que le ayuda a tener su esencia (desde los profesores y compañeros, hasta las religiosas y personal administrativo). Estudiante 10º Abigail López