MADRE MARGARITA DIOMIRA CRISPI
Bibliografía de la Madre Fundadora de las Religiosas Oblatas al Divino Amor. Madre Margarita Diomira Crispi.
El Señor la llamó desde la niñez para la realización del Reino de Dios en la humildad y el amor; mediante la oración, la meditación y la lucha constante por educar a los niños y a los jóvenes.
A los diez días de nacida, en la Iglesia Madre “Anunciación de María Santísima”, en Partinico, Palermo -el 29 de noviembre de 1879- recibió las aguas bautismales Diomira Ludovica Romana; con los años llegaría a ser Luisa Margarita, y fundaría la Congregación de las Religiosas Oblatas al Divino Amor.
Su vida fue de constante sacrificio. A los seis años murió su padre, Ferdinando Crispi; y tiempo después la madre, Rachele De Rubei, se trasladó a Roma con el resto de la familia: Diomira y sus hermanos Ginevra y Romano.
En Roma asistió al Colegio de la Divina Providencia y a los 13 años recibió su Primera Comunión; este sacramento le abrió los ojos para mirar a Dios y se enamoró de Jesús.
Desde ese día su vida fue para tener a Nuestro Señor en su corazón y adorarlo.
A los 18 años sintió el llamado a la Vida Religiosa; tras mucho reflexionar ingresó a la Congregación de las “Hijas de la Cruz”, en Francia, en 1901. Un año después hizo su Primera Profesión y recibió el nombre de Luisa Margarita.
La continua oración, así como la guía de su director espiritual Monseñor Héctor Savazzini, le permite ver la vocación que le señala Dios: fundar un nuevo Instituto Religioso.
En 1923 lo estableció en Sicilia con este propósito: Consagración a Dios Trino y Uno, seguimiento a Cristo, obediencia al Vicario de Cristo, oración y colaboración con el Sacerdocio Católico, Educación de los Niños y de la Juventud, realización del Reino de Dios en la humildad y en el amor.
Como el grano de mostaza que cae en tierra fecundad, a semilla creció en Italia y pasó a América, donde recogió una abundante cosecha fruto de la meditación y de los sacrificios.
La contemplación de Jesús Eucaristía le dio la fuerza necesaria para impulsar y realizar todos sus proyectos, al amparo de su madre espiritual La Virgen María, Nuestra Señora.
Su vida se fue apagando lentamente. A los 95 años partió a la Patria Celestial, después de haber cumplido la Voluntad de Dios.
Por la magnitud de su vocación y su entrega al servicio Divino, el 22 de abril de 1996 se abrió el Proceso sobre la Causa de Canonización de la Sierva de Dios Madre Margarita Diomira Crispi, con una Solemne Eucaristía en el Templo Votivo, presidida por Monseñor Román Arrieta Villalobos, Arzobispo de San José.